Nada es Imposible
A una semana de los juegos olímpicos y con la noticia que el más grande de todos los tiempos, Muhammad Ali, recibirá un sentido homenaje de la asociación "Deporte por la paz", dos días antes de la inauguración, decidí escribir este post.
Cuantas veces abandonamos algo cuando no logramos nuestro cometido. Cuantas veces no hacemos algo por miedo a fracasar. Cuantas veces, pensado que es imposible lograr algo dejamos pasar una oportunidad. Muchas, demasiadas quizás.
El ser humano necesita agarrarse a verdades absolutas, encontrar seguridades en un mundo siempre cambiante. A menudo nos ponemos límites psicológicos que nos impiden conseguir algo. Es hora de derribarlos. Pensamos que ciertos pilares jamás se moverán de sitio, hasta que el edificio entero se viene abajo y nos damos cuenta de que la realidad es algo muy distinto de lo que habíamos creído.
"Todas las verdades son provisionales. De nosotros depende cuestionar la realidad y decidir dónde está el límite"
El ser humano vive preso de creencias limitantes, de fronteras o barreras psicológicas: 'Es imposible', 'no lo lograré', 'está muy difícil', 'no puedo hacerlo', etc., etc., etc.
Como este post se inspiro en el espíritu olímpico y deportivo, a manera de ejemplo, cito lo que sucedió con la barrera de los 10 segundos en los 100 metros planos.
Hasta 1968 se consideraba del todo imposible cubrir esa prueba por debajo de los 10 segundos. Era una verdad absoluta que sería puesta en evidencia aquel año por Jim Hines, un afroamericano que asombró al mundo al lograr la marca de 9,95. Lo más sorprendente, teniendo en cuenta que esa barrera se mantuvo a lo largo de siete décadas, es que pasaron menos de nueve años para que otro atleta, Silvio Leonard, bajara nuevamente de los 10 segundos. El tercero, Carl Lewis, lo hizo cinco años y medio después. Un mes y medio más tarde, Calvin Smith batía nuevamente esa marca.
¿Qué sucedió? Algo muy sencillo: los atletas abandonaron la verdad absoluta de que era imposible hacerlo y, eliminada esta barrera psicológica, fueron batiendo la marca cada vez más a menudo. El freno de la imposibilidad se había convertido en el reto de lo posible.
Tal vez, el cuento más conocido que ilustra de manera muy clara en qué consiste una barrera psicológica en la vida cotidiana, es el que difundio Jorge Bucay a través de la historia de un elefante.
"Nadie llegará muy lejos a menos que no haga lo imposible como mínimo una vez al día"