Hoy quiero compartir con ustedes un vídeo que demuestra y es un ejemplo de superación del miedo, a lo desconocido; que gracias a quienes nos animan, ayudan, acompañan y enseñan podemos superar los obstáculos que nos presenta.

El vídeo comienza con Daisy, un cachorro de pocos meses, enfrentándose a bajar por primera vez unas escaleras. Al principio, le invade la duda y no se decide a dar el paso. Entonces, pasa a inspeccionar la escalera. Se da cuenta de que no sabe cómo bajarla y el miedo se apodera de ella. “¡Tienes que hacerlo!”, le dice su dueña.

Simon, un perro adulto, aparece en escena para mostrar cómo bajar, pero lo hace demasiado deprisa como para que Daisy entienda bien cómo se hace. La mujer anima de nuevo a Simon a mostrarle el procedimiento a Daisy una vez más. El perro se da cuenta de que debe cambiar su método de enseñanza con el cachorro, así que sube las escaleras hasta arriba, se coloca al lado de Daisy, le mira para ver si le presta atención, pero no consigue el contacto visual. Sin embargo, a ella le sirve sentirse acompañada para dar los primeros pasos. Simon comienza a bajar las escaleras con Daisy y desciende lentamente. Una vez abajo, le mira animándole a continuar. “¡Casi lo conseguiste!”, exclama la dueña de Daisy, pero de nuevo es el miedo quien se apodera de ella y le hace retrocede hasta situarse en el punto de partida.

En el segundo intento, Daisy ha conseguido llegar más lejos porque ha vencido la barrera del “no puedo” y ha pasado al nivel del “quiero hacerlo”. Aunque el miedo tiene prisionera a Daisy, Simon no se da por vencido. Por tercera vez, intenta enseñar a la perrita a bajar por la escalera. Parece que ella quiere abandonar alejándose del lugar, pero la mujer le llama y anima de nuevo a intentarlo. Simon le aguarda en la escalera y baja de nuevo lentamente para mostrarle la técnica y, desde abajo, le mira esperando a que ella vuelva a intentarlo. Pero Daisy tiene miedo. No se atreve. Simon lo ve y sube de nuevo a ayudarle por cuarta vez. En esta ocasión, le enseña cómo bajar de forma decidida y más enérgica que la última vez. Daisy ha prestado atención y decide bajar con mayor convencimiento, poco a poco, queriendo realmente hacerlo, intentándolo de verdad, dándose cuenta de que puede hacerlo. Es así como finalmente consigue su objetivo.

*Extraído de La Ruta del Empleo.

Así, al igual que Daisy, nosotros también hemos experimentado la barrera psicológica del “no puedo hacerlo” en más de una ocasión. Cuantas veces queremos comenzar un nuevo proyecto, buscar otras oportunidades laborales, decidir hacer lo que realmente nos gusta y trae felicidad; pero de pronto surge ese "NO PUEDO" que tanto problemas nos a causado el cual no es otra cosa que nuestra voz grabada en el subconsciente. Ella la grabamos en el pasado y hasta que no tomemos acción y la remplacemos con un "SI PUEDO", esta seguirá esclavizándonos.